Polillas alimentarias
A veces, estos insectos son tan pequeños que ni siquiera los podemos ver y su capacidad para infestar alimentos es enorme.
Con el aumento de las temperaturas, también llega un visitante no deseado a nuestras cocinas: la polilla alimentaria. Estos pequeños insectos, difíciles de detectar a simple vista, proliferan en verano y se alojan en productos tan comunes como el arroz, la harina o el chocolate.
La primavera y el verano no solo traen sol y días largos, también activan el ciclo vital de numerosos insectos. Entre ellos, destaca un enemigo doméstico muy frecuente: la polilla de la despensa, también conocida como Plodia interpunctella o polilla india de la harina. Aunque su tamaño es de apenas 1,5 centímetros de envergadura, su capacidad para infestar alimentos es enorme.
"Estas polillas suelen entrar en casa a través de alimentos ya contaminados que compramos en el supermercado sin darnos cuenta", explica Begoña, conocida como 'la Ordenatriz', experta en orden y organización doméstica. Una vez dentro, encuentran en nuestras despensas el entorno perfecto para reproducirse: espacios oscuros, cálidos y con alimentos secos mal sellados.
Suelen encontrarse en legumbres, cereales, frutos secos, harina, galletas, infusiones, arroz, pasta e incluso chocolate. Las hembras pueden poner hasta 400 huevos en grietas de los envases o directamente sobre los alimentos. Cuando estos eclosionan, las larvas se alimentan del producto, generando telarañas, excrementos y un olor rancio característico.
La señal más clara de su presencia son pequeñas larvas blancas, similares a gusanos diminutos, y finitos hilos de seda dentro de los paquetes. También es habitual ver a los ejemplares adultos volando en zigzag por la cocina, sobre todo al anochecer.
Eliminar una infestación no es tarea fácil. Begoña recomienda vaciar completamente la despensa, revisar uno a uno los productos y desechar todo lo que presente signos de contaminación. "Después hay que limpiar a fondo los estantes con vinagre blanco o agua con unas gotas de aceite esencial de lavanda, eucalipto o citronela, que repelen a estos insectos", señala.
También existen trampas adhesivas con feromonas, disponibles en supermercados y ferreterías, que permiten controlar si siguen activas en el ambiente.
Los expertos recomiendan seguir los siguientes pasos para evitar que las polillas alimentarias vuelvan a infestar nuestra despensa:
Aunque puede resultar desagradable, ingerir accidentalmente una larva de polilla alimentaria no representa un riesgo grave para la salud en personas sanas. No obstante, pueden contaminar los alimentos con hongos o bacterias, por lo que lo más recomendable es desechar cualquier producto sospechoso.
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