Redefinen los límites de la vida
Un equipo liderado por el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, ha demostrado por primera vez que algunas comunidades bacterianas pueden no solo sobrevivir, sino adaptarse y proliferar en agua pesada extremadamente pura.
El trabajo, que ha sido publicado en la revista Microbial Genomics, describe el hallazgo de millones de bacterias por mililitro en agua pesada almacenada en garrafas de plástico. Llevaban cerradas herméticamente durante más de 30 años en el Departamento de Física de Materiales de la Facultad de Ciencias de la Universidad Auntónoma de Madrid. Estas bacterias han evolucionado en un entorno sin nutrientes que contiene enlaces químicos más estables que resultan tóxicos para la mayoría de organismos.
El agua normal está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. En el agua pesada, el deuterio sustituye al hidrógeno. Se forman así enlaces más estables y se alteran las reacciones químicas dentro de las célula. Se ralentizan las reacciones esenciales del metabolismo, se interfiere con la producción de energía e incluso desestabiliza el ADN y las proteínas. Cuando una gran parte del agua corporal de un organismo se sustituye por agua pesada, muchas funciones celulares fallan. Por eso, encontrar bacterias no solo vivas, sino activas, en este medio es un descubrimiento sin precedentes.
"El deuterio es un isótopo del hidrógeno extremadamente raro en el universo. En la Tierra, solo 1 de cada 5.700 átomos de hidrógeno lo son. No conocemos ambientes naturales con una concentración tan alta como la de las muestras de nuestro estudio, lo que las convierte en una oportunidad única para estudiar otro tipo de adaptaciones. Comprobar la complejidad metabólica de estas comunidades bacterianas fue asombroso", nos explica Juan Rivas, autor del estudio e investigador del CNB.
Las bacterias encontradas en el agua pesada presentan características genéticas singulares: genes más cortos y proteínas con una composición optimizada para minimizar el gasto energético. Todo, en un entorno sin fuentes de carbono accesibles, salvo las posibles provenientes de la degradación del plástico de las propias garrafas.
"Encontrar genes relacionados con la degradación del polietileno sugiere que estas bacterias podrían estar usando el propio contenedor como fuente de carbono. Esto abre vías fascinantes para la biotecnología, especialmente en lo que respecta al reciclaje de plásticos resistentes", nos destaca Francisco Sobrino, jefe de laboratorio en el CBM.
No se ha detectado agua pesada en grandes cantidades en ningún planeta o luna del sistema solar. Las mediciones realizadas por sondas espaciales muestran que algunos cometas, Venus o las lunas Europa y Encélado, presentan proporciones de deuterio más altas que las de la Tierra. Esto sugiere que podrían existir microambientes con condiciones químicas similares a las del experimento, lo que refuerza la utilidad del modelo de "deuterosfera" para explorar cómo podría adaptarse la vida en otros mundos. Un descubrimiento que redefine los límites conocidos de la vida microbiana.
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